Esta es una receta que improvisé por primera vez este verano
para un cumpleaños y quedó tan tan buena, que la apunté.
Porque ya sabemos los
estudiantes que en época de exámenes y de estudios intensos no hay nada que
apetezca más que picar algo dulce mientras publicas un nuevo estado de face
sobre lo agobiado que estás y lo mucho que hay que estudiar. Así que allí va,
es una receta de dificultad media.
Necesitarás: una batidora, manual o eléctrica (ojo, la
eléctrica es más fácil pero con la manual también puede hacerse, e incluso con
un tenedor, ¡¡y si no pregúntale a tus abuelos!!), un bol para hacer la mezcla
de la masa, un vaso para derretir la margarina, un vaso para poner el zumo de
manzana, una licuadora (si no, puedes comprar zumo de manzana de paquete, pero
no quedará del todo igual), moldes de madalena y por supuesto el horno.
Los ingredientes son: 250 gramos de harina de repostería
(ojo, que si no es de repostería va a quedar un churro), un sobre de levadura
(en el paquete pone un sobre por cada 400 gramos de harina, pero poniendo uno
en tan solo 250 gramos tendremos una masa aún más esponjosa, aunque habrá que
tener alguna precaución extra) o en su defecto uno de gasificante (el
gasificante viene en dos sobres de colores distintos, uno claro y otro oscuro,
y hay que ponerlos ambos sin tener en cuenta el orden), 100 gramos de azúcar,
130 gramos de margarina o mantequilla, 130 ml de zumo de manzana ácida, 2
huevos, 2 manzanas ácidas enteras y un bote de leche condensada.
Empezaremos con la masa de los muffins, mezclando en un bol
los 250 gramos de harina, los huevos, el azúcar, la margarina derretida y la
levadura.
Licuamos un par de manzanas extras para obtener 130 ml de zumo de
manzana; para hacerlo así, habrá que colar el zumo después de licuar las
manzanas, hasta que quede muy claro y sin restos de pulpa o la masa no quedará
bien. En su defecto podemos usar zumo de manzana de paquete pero el sabor no va
a quedar igual.
Una vez tenemos el zumo listo, lo añadimos a la mezcla y lo
batimos todo hasta que quede una masa lisa y uniforme. Mientras preparamos la
masa, precalentaremos el horno a 180ºC.
Una vez lista la masa, llenaremos los moldes: los moldes
pueden ser de papel, plástico, metal… los de papel son cómodos y los venden en
los supermercados, pero normalmente son muy débiles, y tendremos que poner dos
antes de llenarlos con la masa, porque si no se doblan y se sale en cuanto
empieza a hinchar; los de plástico son los mejores para mi gusto, porque no hay
que untarlos y la masa no se pega, pero son lo suficientemente duros para no
doblarse; si los usas de metal u otro material, úntalos con un poco de
margarina, o la masa se pegará, no se hinchará y se romperá.
Para llenar los
moldes, nunca los llenes hasta el borde, solo hasta la mitad o un poco más
arriba (UN POCO), dependiendo de si las quieres hacer un poco más grandes, pero
nunca hasta el borde porque la masa se saldrá y quedará una monstruosidad, a
menos que eso sea lo que quieras conseguir.
Con los moldes llenos (con esa cantidad de masa saldrán unos
12 muffins), colócalos en la bandeja central, con el horno a 180ºC y si tiene
distintos programas, escoge uno que cueza y dore la masa por arriba al mismo
tiempo. Estarán listas en unos 10-15 minutos, dependiendo del horno (en mi casa
yo tengo una crematoria por horno, así que no sé si el tiempo es muy fiable y
lo mejor es que cada cual vigile de vez en cuando, como se hinchan y se doran).
Cuando estén hechos, lo siguiente es rellenarlos. Mientras
se enfrían un poco, en un plato pela las dos manzanas y trocéalas en trozos muy
pequeños. Para evitar que se pardeen mientras están al aire, puedes añadirles
unas gotas de limón a los trozos: el ácido evitará el pardeamiento. Cuando
tengas los trozos, usa un cuchillo para cortar un círculo del centro de cada
muffin y rellena el hueco con leche condensada y trozos de manzana sin dejar
que sobresalga.
Y ya está, realmente esa es la receta. Como los muffins
estarán tibios mientras los rellenas con
la leche condensada, la absorberán y la masa quedará más dulce y jugosa; el
zumo de las manzanas ácidas y los trozos de las manzanas le dan acidez a la
receta y el contraste óptimo para que no empalague. Si no te gustan las
manzanas los puedes hacer de otras frutas como melocotón, sandía… sustituyendo
el zumo y los trozos de fruta.
Para mí las manzanas ácidas, los kiwis o las
fresas son las mejores ideas.
Puedes decorar los muffins de formas muy distintas; puedes
añadir un poco de colorante líquido de color a la masa antes de cocerla, por
ejemplo un bote de amarillo y uno de azul para que la masa quede verde como las
manzanas que lleva, uno de rojo para muffins de fresa… o añadírselo a la leche
condensada, que se tiñe fácilmente con mucha intensidad.
Puedes cubrir los
muffins con buttercream (pondré la receta más adelante) de distintos
sabores y colores, o con fondant (puedes comprarla en el supermercado o en la
pastelería). En el caso de que quieras teñir la fondant, asegúrate de usar
colorantes adecuados, o si usas colorantes líquidos, usa un pincel para
pintarla cuando ya tengas la fondant colocada, o se volverá pringosa (mira los
consejos para usar fondant en este mismo blog). Puedes usar cobertura de
chocolate, chips, anicillos de colores para repostería…
Y ya está, deliciosos
muffins para picar entre horas o para deslumbrar a alguien.
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